Después de surcar las dunas del desierto y de seguir las grietas del suelo arcilloso, lo siguiente es visitar las Cascadas de Ouzoud. Situado en el Medio Atlas, asoma entre duna y duna este espectáculo de agua: una caída de 110 metros de altura rodeada de vegetación y desfiladeros arcillosos. Y es que Marruecos no se reduce a desierto y pueblos espectaculares, sino que cuenta con una riqueza geográfica y cultural digna de visitar.
Las Cascadas de Ouzoud deben su nombre a los bereberes que, tras atravesar un camino de olivos, llegaron a este paraje. Sus aguas vienen del río Oued Tissakht, afluente del Oued el Abid, que nace en Túnez. La catarata, de 110 metros de alto, se parte en tres saltos que dejan a cualquiera con la boca abierta.
Las cataratas de Ouzoud son las cascadas en Marruecos y en el norte de África más altas y más impresionantes. Además, desde hace pocos años, son más accesibles, lo que facilita la visita.
CÓMO LLEGAR
Para visitar esta maravilla de la naturaleza, tu vuelo a Marruecos debería aterrizar en Marrakech, situado a algo más de 150 km de las cascadas. Se puede acceder en coche, contratando una excursión en autobús o reservando un taxi para todo el día. Para los más valientes que se decidan a ir en coche, el trayecto será de unas tres horas. Al llegar al pueblo de Tanaghmeilt tendrás que pagar por el aparcamiento y aquí es donde empieza la verdadera aventura: el arte del regateo. No te quedes en el primer parking que veas, porque seguramente sea el más caro. Incluso plantéate el pagar un poco más para conseguir que el coche esté a la sombra durante todo el día.
Para llegar a la base, podrás elegir entre dos senderos: uno de ellos, cementado y con barandilla, y el otro, totalmente natural. Lo más recomendable es bajar por el camino más rural, aunque sea más complicado, para disfrutar del paraje en su estado puro. Para el ascenso, lo más habitual es hacerlo por el sendero escalonado.
El sendero rural no es difícil. Salvo en algunos puntos donde es más estrecho, el resto del camino es amplio y sin una pendiente pronunciada.
QUÉ HACER
Andes de empezar el descenso, asomarse al vacío de la catarata y sentir las gotas que se escapan de su caída es de obligado cumplimiento (con cuidado que, como ya hemos dicho, son las más altas del norte de África y no queremos desgracias). Además, en esta zona se conservan todavía molinos de agua en funcionamiento. Para culminar el momento, busca la luz perfecta para que el arco iris cruce la cascada. ¡Una maravilla!
En la zona hay manadas de macacos a los que podréis saludar si tomáis el camino rural. Son amigos del humano, siempre y cuando no les molestes demasiado. Están acostumbrados a su presencia y se dejan fotografiar, pero recuerda dejar espacio en la tarjeta de la cámara para la catarata.
A tu llegada, acompañado por la música que la caída del agua crea, encontrarás las balsas más variopintas y creativas que te brindará el viajar a Marruecos. Los marroquíes se las han ingeniado para poder llevar a los turistas lo más cerca posible de la cascada. Si no te acercan lo suficiente, ¡anímales a hacerlo!
En el lago que se forma a los pies de la cascada, puedes bañarte. El agua es marrón por la tierra arcillosa de la garganta y está fría, aún en verano, ya que viene de la cordillera del Atlas y del deshielo. La verdad es que el baño es para los más valientes.
El último recuerdo suele ser a la vuelta a Tanaghmeilt por el sendero de escalones. Un mirador coronado con una roca en la que subirse es la parada perfecta para la última selfie.
Muchos intentarán venderos la excursión como necesaria. No lo es, es una visita sencilla en la que no tendrás ningún problema.
DÓNDE COMER
A ambos lados de la garganta, los marroquíes se las han ingeniado para construir terrazas en los restaurantes con vistas a la cascada. Las mejores vistas las tienen los restaurantes que están de la mitad de la cascada para arriba. Tienes una gran diversidad de locales. Normalmente, los restaurantes tienen menú cerrado y, ¿cómo no?, tendrás que sacar tus mejores dotes para conseguir el precio más barato.
DORMIR EN OUZOUD
Aunque la mayoría de viajeros decidan pasar noche en Marrakech, dormir con la melodía de la catarata es una opción más que recomendable. Los hoteles en Marruecos destacan por su hospitalidad y en Ouzoud, además, disfrutarás de la naturaleza del paraje y podrás ver uno de los amaneceres más bonitos y diferentes de Marruecos.
Si lo que te gusta es la aventura pura y dura, el camping está situado justo en frente de la cascada. Al amanecer, lo primero que verás será el agua cayendo, una vista que no tiene precio. Incluso, si tienes suerte, podrás disfrutar de los festivales autóctonos del pueblo a la luz de la luna llena y con música tradicional.
LA HOSPITALIDAD MARROQUÍ
Para disfrutar de la experiencia al 100%, habla con los marroquíes, pregúntales por la zona, interésate por su historia… Relacionarse en Marruecos es muy fácil si muestras interés, y ¿qué mejor que conocer las historias y leyendas de las Cascadas de Ouzoud de primera mano?.
Visitar las Cascadas de Ouzoud no suele estar en las agendas de los turistas que viajan a Marrakech aunque sí que es cierto que, en los últimos años, se ha convertido en parada imprescindible de muchos de ellos. Poder disfrutar de este paraje totalmente diferente a los lugares típicos de Marruecos es una experiencia maravillosa y llena de belleza natural. Además, es una visita rápida que, con calma, no te ocupará más de cinco horas de tu día, por lo que podrás aprovechar para disfrutar de la zona.
Todo el que visita Ouzoud sale impresionado por no creer que todo ese paisaje esté en Marruecos y con el desierto acechando a pocos kilómetros.