El Monasterio de Piedra, una joya escondida que está más cerca de lo que parece
Visitar el Monasterio de Piedra debería estar en tus planes si aún no lo conoces. Considéralo un consejo porque es de esos lugares que, si los visitas, sientes no haber ido antes. A tiro de piedra, nunca mejor dicho, en la provincia de Zaragoza, es para repetir y te contamos por qué.
Combinación perfecta de turismo cultural y naturaleza
Decir que debes visitar el Monasterio de Piedra porque es un lugar único es quedarse corto. Aun siendo cierto que no habrás visto ni verás nada igual, no describe las muchas sorpresas que allí te esperan.
Se trata de un lugar cuyo origen arranca en el Monasterio Cisterciense medieval (siglo XIII) edificado en las proximidades del río Piedra (de ahí su nombre) en cuyo entorno se creó ya en el siglo XIX un fantástico parque natural, mezcla entre jardín botánico y parque histórico, sembrado de cascadas y con una vegetación exuberante.
Es un auténtico oasis de frescor en el entorno semiárido de los parajes aragoneses circundantes, que contiene espesos bosques de ribera. Un ecosistema de enorme riqueza biológica, con gran cantidad de especies de animales y vegetales, en un espacio relativamente reducido.
Puedes elegirlo como destino para un solo día, eso sí, completo, porque solo en el recorrido pausado por el parque puedes emplear más de cuatro horas. Y no solo es el parque, es también el imponente recinto del Monasterio, con su espectacular claustro y las románticas ruinas de su iglesia, donde incluso podrás descubrir grafitis de los años cincuenta del siglo pasado entre sus decrépitos muros.
Además, el complejo cuenta con un Museo del Vino D.O. Calatayud y con una exposición permanente sobre el chocolate, productos ambos elaborados por los monjes desde los orígenes del cenobio.
Pero también es un destino ideal para escapadas de mayor duración, porque tienes a tu disposición un espléndido hotel con spa y restaurante, donde descansar y desconectar en pareja, con amigos o en familia.
En suma, es el lugar ideal para los amantes de la naturaleza y del turismo cultural que, además, abre durante todo el año.
Un recorrido de ensueño por un lugar mágico
Cuando te diriges a este parque natural llegando desde Nuévalos, la localidad más cercana, nada hace presagiar que esos páramos pueden albergar tanto frescor y tanta belleza, a solo unos pasos.
Te encantará lo perfectamente señalizado que está todo el recorrido, de tal manera que es posible utilizar una ruta de ida y otra de vuelta por el interior del parque, sin repetir itinerario.
Un insólito emplazamiento, un paisaje sorprendente, casi onírico, donde los senderos se cruzan a tu paso con arroyuelos, cascadas y vertiginosos saltos de agua, y las cuevas se recubren de musgo aterciopelado. Pensarás que estás dentro de un mundo mágico. No exageramos si te decimos que, en ocasiones, creerás haber caído en Avatar, la célebre cinta cinematográfica.
Y pon atención al llegar al Lago del Espejo, las fotos que harás allí te sorprenderán hasta el punto de no saber si las estás mirando del lado correcto. Hasta ese punto hace honor a su nombre.
Ya sabes, anota en tu agenda este año visitar el Monasterio de Piedra.