Siempre que se elabora una lista de lugares a visitar es inevitable cometer la injusticia de no incluir algún rincón imprescindible. Este defecto también está presente al diseñar rutas por Euskadi pensando en quienes dispongan solo de una semana, pero organizando cada jornada es posible disfrutar de una buena colección de espacios, que no dejarán indiferente a ningún viajero ávido de sentir emociones.
En este viaje por Euskadi vamos a recorrer algunos rincones imprescindibles durante seis días. Nuestro trayecto por carretera tendrá tres etapas, que coinciden con la visita a las capitales de las tres provincias vascas: San Sebastián, Bilbao y Vitoria. Señalaremos también otras localidades y espacios de interés que no puedes dejar de visitar en la costa que baña el Cantábrico.
Primera etapa Euskadi: Donostia, ciudad de cine y de jazz

Tenemos seis días. Queremos aprovecharlos bien, pero sin prisas ni agobios. En Euskadi hay que disfrutar de los espacios, pero también del tiempo, de los olores y sobre todo de los sabores, porque si hay algo que destaque en estas tierras es el amor por la buena mesa. San Sebastián, o Donostia, es una ciudad perfecta para saborear la gastronomía y los paseos. Esta capital, que acoge cada año un festival internacional de cine y otro de jazz, parece diseñada para disfrutarla con calma.
La Playa de La Concha es famosa por su elegancia desde finales del siglo XIX. Su barandilla, sus farolas y su espectacular balneario te ayudarán a revivir otras épocas menos aceleradas. Tienes más de un kilómetro de paseo de playa para recorrer hasta llegar al mirador del monte Igueldo, un lugar al borde del mar desde donde tendrás una vista espectacular de la bahía y la ciudad.
El Peine del Viento es un conocido conjunto escultórico de Chillida, símbolo de San Sebastián y de Euskadi. Son tres esculturas de acero incrustadas en las rocas, que están bajo el mirador del monte Igueldo y que parecen peinar el viento que llega del mar.

Con tanto paseo, seguro que se te abre el apetito. Es el momento de lanzarse a investigar por los bares del casco antiguo de Donostia, en donde podrás encontrar los tradicionales pintxos y potes. Una zona bien conservada, cerca de la playa y que tiene ambiente a todas horas.
Por la costa hacia Bilbao
Después de dedicarle dos días a disfrutar de San Sebastián, seguimos camino a Bilbao por la costa, pasando por Zarauz, Zumaia, Deva, Mutriku, Ondárroa, Lekeitio, Elantxobe, Bermeo y Bakio, desde donde ya cogeremos la carretera interior que nos lleva a la capital vizcaína.

En Zumaia tienes una visita obligada a la antigua ermita de San Telmo, ubicada al borde de unos impresionantes acantilados. Un mirador impresionante con una playa a sus pies, cuyo tamaño varía con las mareas.
Entre Elantxobe y Bermeo se encuentra un paraje único que merece una parada: Urdabai. Esta marisma, formada en la desembocadura del río Oka, es un espacio natural que ha sido declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO con playas espectaculares, como la de la Laida; miradores naturales imposibles, como el del peñón de Ogoño; o ermitas y cuevas que esconden pinturas rupestres, como las de Santimamiñe.
Bermeo es una población con más de mil años de historia y aún cuenta con restos arquitectónicos que reflejan un pasado importante, como la Puerta de San Juan o la Torre Ercilla. Su casco antiguo atesora coloridas casas de pescadores de estilo medieval.

Entre Bermeo y Bakio te encontrarás con otros lugares de visita imprescindible. Uno de ellos es el Cabo Matxitxako y otro es la ermita de San Juan de Gaztelugatxe, que está construida en lo alto de un islote y a la que se accede recorriendo 241 serpenteantes escalones. La tradición es que, al llegar, toques tres veces la campana y pidas un deseo. Recuerda, con tres veces es suficiente.
Segunda etapa: Bilbao, corazón industrial y vanguardia

Bilbao es la ciudad de mayor población de Euskadi, por eso bien merece un par de días para conocerla en detalle y recorrer las poblaciones que rodean su ría, como Barakaldo, Sestao, Santurce o Portugalete.
Aquí encontramos el Puente Bizkaia, un puente colgante que fue el primer puente metálico transbordador construido en el mundo. Se inauguró en 1893 y aún hoy cumple su doble función: conectar ambos márgenes de la ría sin impedir el paso de las embarcaciones. Bilbao tiene mucho que ver y que disfrutar, por ejemplo: las Siete Calles del casco viejo, un centro de ocio y comercio que cuenta con las iglesias y monumentos más antiguos de la ciudad. Por su puesto, aquí también encontrarás los típicos bares con los mejores pintxos y potes esperándote.
El Mirador de Artxanda es un lugar privilegiado para contemplar toda la ciudad desde 300 metros de altura. Se puede llegar en tres minutos utilizando un pintoresco funicular. Por último, el museo Guggenheim es un lugar de visita obligada si te interesa el arte moderno. Además de su propia colección cuenta con exposiciones y actividades, incluso para niños y familias.
Tercera etapa: Vitoria, capital histórica y política
Nuestro último día se lo dedicaremos a Vitoria, capital de Álava, que se encuentra solo a 65 kilómetros de Bilbao. Vitoria también es la capital política de Euskadi, sede del Parlamento Vasco y en donde tiene su residencia el Lehendakari.
En Vitoria podemos aprovechar el día para conocer su muralla medieval o la mansión que da cabida al Museo de Bellas Artes. Sus calles están plagadas de estatuas y esculturas de los más variados estilos. La calle Eduardo Dato es un punto esencial para el paseo y las compras. En ella encontrarás terrazas y establecimientos comerciales.
En este enclave privilegiado, histórico cruce de caminos, ponemos punto y seguido a una visita que habrá que continuar para seguir descubriendo otros rincones también imprescindibles de Euskadi. Para organizar tu viaje con la máxima comodidad y los mejores precios, puedes consultar todas las ofertas que te ofrece Viajes Carrefour, incluso con ofertas de hoteles y aviones a Euskadi para que aproveches al máximo cada día de tus vacaciones.