Viajar es conocer rincones, por dentro y por fuera, sus costumbres y sus gentes, su gastronomía y su naturaleza. Pero viajar es, ante todo, empaparse de la cultura e historia de otros lugares. Por ello, hoy te invitamos a darte una vuelta por las fortalezas más sorprendentes de Castilla La Mancha y comprender un poco mejor todo lo que albergan. Además de su papel en un momento de la historia de España no tan afable como el actual. ¿Te apetece?
Conoce alguno de los mejores castillos, Viaje a Castilla La Mancha
Organizar una ruta por estos cinco castillos medievales de Castilla-La Mancha, a la vez que aprovechas el recorrido para visitar algunas de las ciudades principales con las que cuenta esta comunidad, es muy sencillo. Comenzando por Toledo, la ciudad de las tres culturas, sin dejarse atrás Cuenca y sus casas colgadas (reconocidas como Patrimonio de la Humanidad) y terminando por pequeños tesoros como Ciudad Real, Guadalajara o Albacete.
Castilla La Mancha tiene mucho para ofrecerte y su tierra alberga mucha historia escondida, dispuesta a ser descubierta por los viajeros más atrevidos y ávidos de conocimiento y experiencias. No dejes pasar la oportunidad de hacer un turismo diferente. Elige el lugar donde hospedarte de la forma más cómoda e incluso reserva alguna actividad de ocio. ¿La forma de llegar? Un vuelo a Madrid es la forma más sencilla.
Turismo cultural e histórico en estado puro
El turismo cultural siempre ha sido una corriente muy fuerte para aquellos interesados en la historia de un lugar, en sus raíces y orígenes. Y qué mejor forma de conocerlo todo sobre un destino y su importancia en una época determinada de la historia que visitar sus castillos. Este tipo de patrimonio representa a la perfección el poderío de un pueblo o ciudad en la Edad Media española. Y en ello es especialmente rica la comunidad de Castilla-La Mancha.
Os invitamos a hacer un recorrido por cinco de sus castillos más famosos y mejor conservados. Así, podrás transportarte a una época en la que en Castilla-La Mancha se situaba la frontera entre los territorios cristianos y los que pertenecían a Al-Ándalus.
Una tierra llena de historia donde podrás contemplar por dentro y por fuera piedras que, si pudieran hablar, te contarían cómo fueron testigos de innumerables batallas y acontecimientos que fueron conformando, poco a poco, nuestra historia actual. Y es que conocer el pasado es tener la capacidad de entender, un poco mejor, nuestro presente.
Los 5 castillos más impresionantes de Castilla La Mancha
Castillo de Almansa
Comenzamos por la provincia de Albacete este viaje por los castillos de Castilla La Mancha. El castillo de Almansa se encuentra en la localidad albaceteña de igual nombre, y se trata de uno de los mejor conservados de la zona. Recientemente restaurado en 2008, guarda todo el poderío que tenía cuando fue construido en el siglo XVI, por el infante Don Juan Manuel.
El emplazamiento es único, enclavado en lo alto de unas rocas que reciben el nombre de Cerro del Águila. Se cree que ya habían existido fortificaciones en el lugar, posiblemente de la mano de los almohades, debido a la aparición de restos primitivos. Una visita al castillo debe ir acompañada de un recorrido por las callejuelas con encanto de Almansa, donde podrás pasar la noche en algún hotel con encanto como el BLU Almansa o el NL Almansa.
Castillo de Calatrava la Nueva
Nos desplazamos ahora hasta la provincia de Ciudad Real para continuar con esta ruta de castillos. En la localidad de Aldea del Rey se erige una impresionante fortificación, que data del siglo XIII. Cuenta el lugar con una gran historia detrás, ya que la construcción de este castillo se debe al traslado de la orden de Calatrava desde Calatrava La Vieja.
Esta fue la primera orden militar y religiosa de España, creada en el siglo XII con el único propósito de defender el lugar de Calatrava, cuando la Orden del Temple (los famosos templarios) decidió que no podría hacer frente a los embistes árabes. Aprovecha la visita para pernoctar en alguno de los hoteles de la provincia, como el hotel PAX en la propia ciudad de Guadalajara, el Hotel Alcarria o el TRYP Guadalajara.
Castillo de Belmonte
Seguimos nuestra ruta en Cuenca, en la localidad de Belmonte. Allí se erige sobre el Cerro de San Cristóbal este castillo del siglo XV que hoy en día se puede visitar por dentro y por fuera y también se destina a recepciones y eventos, debido al buen estado en el que se conserva el conjunto.
Destaca por la mezcla cultural de estilos arquitectónicos que guarda en sus paredes y muros, desde el gótico, el mudéjar y el plateresco hasta el arábigo. Además, desde 1932 está considerado como un Bien de Interés Cultural. No pierdas la oportunidad de conocer la zona y hospedarte en alguna casa rural cercana como Descanso Del Quijote, en la propia Belmonte.
Castillo de Sigüenza
Para visitar este castillo, convertido en Parador Nacional, tenemos que desplazarnos hasta la provincia de Guadalajara. Se trata de un palacio-fortaleza del siglo XII situado en la ciudad de Sigüenza.
Fue propiedad y residencia de los obispos de Sigüenza y hoy es un símbolo de la ciudad, haciendo que forme parte inseparable de su silueta. De esos monumentos que merecen ser vistos de día y de noche en un viaje a Sigüenza inolvidable. Puedes pasar la noche en el propio Parador u optar por un hotel en la zona, como el Cardamomo Sigüenza.
Castillo de San Martín de Montalbán
Por último, Toledo. Más allá de todo lo que tiene para ofrecerte la ciudad de las tres culturas, se encuentra el patrimonio menos conocido esparcido por la provincia. Y parte de esa riqueza la compone este castillo. De origen templario, data del siglo XII y cuenta con el río Torcón como parte de su encanto. Hospédate en alguno de los hoteles de Toledo, como el Hotel Pintor El Greco o el Hotel Sol, y disfruta con calma del entorno natural de esta fortaleza.
Aquí te proponemos una ruta por las cinco provincias de Castilla La Mancha, para conocer cinco de sus tesoros escondidos en forma de fortalezas medievales. Adéntrate en la historia de esta comunidad de la mano de sus castillos impresionantes, que guardan un pedazo del tiempo.