La ruta en coche tiene el encanto del viaje puro y auténtico, el que busca explorar y saborear cada rincón y cada momento de un trayecto que es tan importante como el destino.
Europa se presta, sin duda, a ser recorrida en coche a través de mil caminos y cada itinerario es una experiencia única. Aquí proponemos un viaje a lo largo del litoral mediterráneo, sembrado de encantadores pueblos que nos cautivarán.
Una ruta en coche: ruta de Barcelona a Mónaco
La ruta más rápida entre Barcelona y Mónaco atraviesa las ciudades más grandes y conocidas: Girona, Perpiñán, Montpellier, Nimes, Cannes y Niza. Sin embargo, aquí tomaremos otro trayecto más próximo a la costa que despertará nuestro carácter aventurero y bohemio y nos acercará al litoral más auténtico, con su rica gastronomía marinera, su brava naturaleza y su arquitectura capaz de hacernos retroceder en el tiempo.
Este viaje supera los novecientos kilómetros y nos permite disfrutar plenamente del recorrido entre el mar y las montañas, visitando algunos de los pueblos costeros más bellos de la zona: en España, Tossa de Mar, Begur y Cadaqués, y ya en Francia, Colliure, Aigues-Mortes, Cassis, Gassin, Antibes, Villafranche-sus-Mer y Èze.
Para exprimir la experiencia de este pedacito de Europa en coche, aconsejamos distribuir el viaje en una semana como mínimo, para poder hacer noche en algunas de las localidades que recomendamos en el itinerario, que es el siguiente:
1. Tossa de Mar
En la comarca de la Selva, a ochenta y cinco kilómetros de Barcelona, Tossa es un pequeño pueblo de tradición pesquera que ha inmovilizado su belleza en el tiempo a través de su Vila Vella, rodeada por la antigua muralla medieval, y su castillo, que se yergue, imponente, sobre la Playa Grande, haciendo de este lugar una joya imperdible.
2. Begur
Conduciendo unos sesenta kilómetros desde Tossa llegamos a Begur, en el Bajo Ampurdán. Destacan su castillo, del siglo X, erigido sobre asentamientos íberos y romanos, sus seis torres vigías para controlar la piratería medieval y sus casas indianas, construidas en el siglo XIX por los colonos de Cuba a su regreso.
Sus Caminos de ronda permiten disfrutar de agradables paseos a través del bello paisaje litoral que ofrecen los acantilados, dando acceso a playas y calas de agua cristalina (playa del Racó, cala de Illa Roja, Sa Riera, entre otras).
En Begur podremos alojarnos con todas las comodidades en hoteles como el Bonaigua, el Aiguablava o El Convent.
3. Cadaqués
Cadaqués, en el Alto Ampurdán, a setenta kilómetros de Begur, alberga la casa-museo de Salvador Dalí. Se trata de un pintoresco pueblecito pesquero, de casitas blancas salpicadas de colores vivos y calles estrechas y pedregosas que nos guían hasta la iglesia gótica de Santa María, del siglo XVII, con su fachada impoluta y su campanario.
Aquí hay una amplia oferta de acogedores hoteles, como el Rocamar, el Octavia o el Saguarda.
4. Colliure
A unos sesenta y cinco kilómetros de Cadaqués, bordeando todo el litoral, pasamos a Francia y llegamos a Colliure, en la región Languedoc-Rosellón, pueblo artístico que vio nacer el fauvismo y que vio morir a Antonio Machado, en el exilio.
Es un pueblo romántico del sur de Francia, situado en una bahía. Posee dos monumentos emblemáticos: la iglesia de Notre-Dame des Anges y el Castillo Real. Tampoco hay que perderse las callejuelas del Moré, el antiguo barrio pesquero, con suelos de piedra y alegres fachadas de colores, en donde la gastronomía local es un verdadero placer.
5. Aigues-Mortes
A unos doscientos veinte kilómetros de Colliure está Aigues-Mortes, una excepcional villa fortificada con gran éxito entre los siglos XIII y XV. Fue construida en terreno pantanoso, entre varios canales de agua que embellecen el conjunto.
La plaza de San Luis es su centro turístico, lugar de paseo habitual, con viejas calles adornadas de flores. Otros monumentos para visitar son la iglesia de Notre-Dame des Sablons y la muralla con sus torres, especialmente la Constance, con vistas al hermoso paisaje de canales y salinas.
Aquí podemos alojarnos en el hotel Villa Mazarin, una construcción del siglo XV en el corazón de la ciudad.
6. Cassis
Desde Aigues-Mortes y conduciendo unos ciento setenta kilómetros llegamos a Cassis, en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul. Es el paraíso de esta ruta, un pueblo rodeado de abruptos relieves, arenas blancas y aguas turquesas. Calanques, calas y playas son la gran atracción natural de su entorno, que es un parque nacional. En el pueblo destacan el puerto, el castillo y la playa de la Grande Mer.
7. Gassin
A poco más de cien kilómetros está Gassin, en la misma región, situada en lo alto de una montaña y desde donde se disfruta de unas increíbles vistas de la bahía de Saint Tropez.
8. Antibes
Continuamos en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul y, tras unos ochenta y cinco kilómetros, alcanzamos Antibes, que destaca por sus playas y por su proximidad a los Alpes. Su centro es el Port Vauvan, un puerto fortificado del siglo XII en donde destacan el Fort Carré, la catedral y el castillo Grimaldi (hoy Museo Picasso).
Antibes ofrece una gran variedad de alojamiento, desde grandes hoteles, como el Thalazur, hasta otros más recatados, como el Star Antibes.
9. Villafranche-sus-Mer
Está muy cerca de Antibes, a unos treinta kilómetros, y justo al lado de Niza. Además de playas posee numerosos encantos, desde su agradable puerto pesquero (ideal para comer un buen pescado fresco) hasta la Ciudadela, del siglo XVI, y la iglesia de Saint Michel, barroca, del siglo XVIII.
10. Èze
A menos de diez kilómetros de Villafranche-sus-Mer encontramos Èze, la última pintoresca parada antes de llegar al lujoso Mónaco, del que está igualmente cerca.
Es uno de los pueblos más impresionantes de la Costa Azul, situado en lo alto de un acantilado, con preciosas calles y casas medievales de piedra y una llamativa iglesia de fachada ocre, del siglo XVIII.
Uno de sus mayores atractivos es el Jardín Exótico, que muestra bellas composiciones florales y que dispone de excelentes vistas. Alberga unas esculturas de Jean-Philippe Richard y las ruinas del castillo de Èze.
La ruta de Barcelona a Mónaco que proponemos no defrauda en absoluto, atravesando cautivadores pueblos e inolvidables paisajes y ofreciendo un montón de experiencias que solo la libertad de la ruta en coche nos proporciona.
Qué lugares más bonitos. Pues me la apunto. Puede ser un viaje en coche espectacular.