Las Cataratas de Iguazú, los cafés de Buenos Aires, el fin de la tierra, el tren de las nubes… en Argentina tienes mucho donde elegir.
Argentina abarca diferentes tipos de paisajes y climas, de montañas a valles, llanos, ríos, glaciares, áridos parajes, hasta costas frías o cálidas, todo ello habitado por una fauna diversa y curiosa. Cuenta con numerosos Parques Nacionales y además el país se precia de poseer una de las capitales más carismáticas del mundo, Buenos Aires. Sin embargo, qué sería de este espacio natural que no se parece a ningún otro y que desborda sus encantos generosa y gentilmente, sin una riqueza cultural, herencia de un mestizaje peculiar, variopinto y profundamente atractivo, que enamora a todo aquel que llega a conocerlo.
1. Buenos Aires
Junto al Río de la Plata, se yergue apasionada como el tango, Buenos Aires, la ciudad más elegante de Sudamérica. Un auténtico mosaico donde conviven las más modernas construcciones con antiguas casonas coloniales, museos, teatros, cafés y music-halls capaces de empapar de arte, gastronomía, cultura y tango al visitante. Pero sobre todo es la ciudad de los “porteños”, como se conoce a sus ciudadanos. La intensa inmigración Europea, que siempre ha caracterizado a la capital de Argentina, ha ido conformando ese marcado carácter internacional que hoy día se respira por cada poro de su piel.
Buenos Aires es espectáculo, en los estadios de fútbol, en los cines, salas de teatro, galerías de arte, museos, cafés, tabernas, discotecas, auditorios, etc. En pocas ciudades del mundo hay tanto para ver en un mismo instante como en la ciudad del tango. En “la ciudad que nunca duerme” algunos de los locales de la calle Corrientes y de los barrios de San Telmo y la Recoleta permanecen abiertos durante toda la noche.
2. Puerto Madryn
Puerto Madryn posee hermosas playas y se pueden practicar en ellas diversas actividades acuáticas. A 19 kilómetros al sur se encuentra Punta Loma, que durante todo el año se convierte en el apostadero de más de 800 ejemplares de lobos marinos, que habitan bajo sus acantilados, mientras que la de la particular especie de «un pelo», unos 1.500, viene a reproducirse a la protegida Reserva Faunística de Punta Pirámide.
La Reserva de Punta Norte alberga la única colonia de elefantes marinos que habita en el territorio continental. Reciben este nombre por la desarrollada nariz que los machos poseen en forma de trompa.
3. Península Valdés
En la Península Valdés abundan colonias de aves, pingüinos, lobos y elefantes marinos. En el Centro de Interpretación en el Istmo Ameghino se ofrece toda la información necesaria. Por otro lado, es impresionante la Reserva Faunística Península Valdés, mientras que la Reserva Natural Isla de los Pájaros cuenta con miles de aves marinas.
A principios del invierno austral las ballenas francas del sur acuden a los golfos Nuevo y San José, desde muy lejos, para reproducirse y perpetuar su especie. Las excursiones para contemplarlas parten desde Puerto Pirámide.
4. Tierra de Fuego
El principal atractivo de estas inhóspitas tierras, al igual que la Patagonia, es la belleza del paisaje, particularmente sus picos nevados, sus montañas boscosas y sus bellos lagos. Y, como complemento, un parque nacional en el que tendrá la oportunidad de ver pingüinos y leones marinos conviviendo en perfecta armonía. La navegación ha sido y es uno de los mayores placeres de este territorio. Naufragios, leyendas y mitos se cuentan aquí por doquier. La capital de la región es Ushuaia, la ciudad más austral del mundo.
Tierra del Fuego es una isla que está separada del continente por un estrecho que une los océanos Atlántico y Pacífico, descubierta en el año 1520 por el navegante Fernando de Magallanes, en su viaje alrededor del mundo. Esta sería la prueba irrefutable de que la tierra era redonda, aunque el marino moriría sin saberlo. El Canal Beagle constituye el límite sur de la isla y el nombre le viene del barco en el que el naturalista Charles Darwin navegaba para estudiar la zona.
El Parque Nacional de Tierra del Fuego alberga parajes completamente vírgenes, lagos, arroyos, bosques y costas que se pueden recorrer a través de los senderos marcados. La vegetación del parque incluye túrbales y una planta carnívora que se alimenta de insectos vivos, la drosera unifora, que prevalece en los senderos de la Laguna Negra. Se puede acceder al parque utilizando el Ferrocarril Fueguino de vía estrecha. El Glaciar Martial, a 10 kilómetros de la ciudad, es también una interesante excursión, mientras que en los Montes Martial y en sus valles podrá disfrutar del esquí. Para los amantes de la navegación lo mejor es abordar alguna de las embarcaciones que realizar excursiones hacia la Isla de los Lobos o para recorrer los canales.
5. Perito Moreno
Una de las más grandes atracciones de la Patagonia Argentina y sin duda de todo el país lo constituye el Glaciar Perito Moreno, el más grande del mundo y del que descienden 48 glaciares. Se trata de un monumento natural dentro del Parque Nacional Los Glaciares, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. El espectáculo es sobrecogedor, una masa colosal de hielo blanco azulado emerge en las gélidas aguas. Los visitantes pueden acceder hasta él y contemplarlo desde una plataforma natural de observación. La pared de hielo navega lentamente con sus 4 kilómetros de ancho y hasta 60 metros de alto, siendo uno de los pocos glaciares del mundo que avanza sobre las aguas. Los derrumbamientos de sus paredes, que se producen cada 4 ó 5 años, provocan un fuerte estrépito, que se convierte en un espectáculo fascinante, después la calma y el silencio vuelven a apoderarse de este paraíso helado. Trece glaciares con vertiente atlántica, se desgranan en enormes torres sobre las aguas de los Lagos Viedma y Argentino, rodeados de elevaciones graníticas terciarias cubiertas por tupidos bosques andinos. Otros importantes glaciares son el Glaciar Viedma, el Oneli y el Upsala.
6. Cataratas de Iguazú
Siguiendo el río Paraná, el sonido precede a uno de los espectáculos más vistosos del mundo, en el centro de la selva, donde Paraguay, Brasil y Argentina se juntan respetuosas, aparecen las Cataratas de Iguazú. Dicen que no son las más altas, ni siquiera las más amplias, no importa, el espectáculo es increíble. Mientras que se contemplan las cataratas, enormes mariposas de vivos colores, loros, pequeñas avecillas e iguanas pasean alegremente entre los extraños.
Más de cincuenta mil hectáreas de zona salvaje todavía se puede admirar la naturaleza tal como la observaron los conquistadores. La Reserva Natural, se limita a la zona inmediata a las cataratas, unas seis mil hectáreas. La mayor parte de ellas, están dentro de lo que se denomina «selva subtropical». En ellas, viven miles de especies de insectos, pájaros, mamíferos y reptiles.