En los últimos años no paran de salir nuevos deportes extremos que rápidamente logran captar la atención de un gran número de adeptos en distintas partes del mundo.
El más seguido
De un tiempo a esta parte, el senderismo se ha convertido en el deporte que más simpatizantes ha captado en nuestro país. Nos imaginamos que es porque para caminar por nuestros maravillosos entornos naturales no se necesita ningún tipo de preparación física y que cada senderista puede elegir un tipo de recorrido atendiendo a su grado de dificultad y la distancia.
Rafting
Ha llegado a ser uno de los deportes más practicados, a pesar de ser uno de los deportes más complejos, pero a la vez más desafiantes. Podemos realizar rafting en caudalosos y rápidos ríos con diferentes velocidades, niveles o direcciones. Los participantes deben recorrer en botes el río en la misma dirección de la corriente sorteando los diferentes obstáculos. Los rápidos se diferencian por nivel, por lo que cuanto más alto sea el número, más complejo es el trayecto de ese rápido. Los principiantes se deben enfrentar a los niveles 1 y 2, ya que no requieren ningún tipo de habilidad. Para afrontar los niveles 3 y 4 los deportistas deben saber ciertas maniobras porque se pueden encontrar con caídas de cierta altura y rocas. Los niveles 5 y 6 únicamente son idóneos para especialistas por las asombrosas caídas a las que deben hacer frente.
Salto Base
Primero surgió el paracaidismo y años más tarde nacería el salto BASE, una modalidad de lanzamiento desde un sitio fijo, en lugar de una avioneta en movimiento, con trajes diseñados para volar sorteando cualquier obstáculo. La altura máxima desde la que se realizan los saltos es de 300 metros, mientras que la altura mínima de un salto desde una avioneta es de 900 metros, por lo que únicamente se emplea un paracaídas que se debe abrir en unos 8 segundos. Antes de afrontar esta actividad, los deportistas deben al menos haber realizado entre 250 y 300 saltos en caída libre. Pasado este período de aprendizaje, se puede practicar esta última actividad de riesgo que ha cautivado a cientos de deportistas como el saltador austriaco Felix Baumgartner que ha llevado a cabo un salto desde la torre Taipei 101 de Taiwán. Los más complicados siguen siendo los saltos nocturnos.