La marca irlandesa ha anunciado que cambiará su proceso de producción para que todos puedan disfrutar de su célebre cerveza negra.
Sus ingredientes principales son cebada tostada malteada, lúpulo, levadura y agua, pero aun así, muchos veganos y vegetarianos preferían no beberla. Hasta ahora. En 2016, la cerveza negra más famosa del mundo será apta para todos.
¿Cómo es posible volverse vegana si su fórmula no contiene sustancias de origen animal? El problema está en el proceso de elaboración. Para filtrar y clarificar la cerveza se emplea un material conocido como ‘cola de pescado’. Se obtiene de algunas especies de peces como la carpa o el esturión y su uso es relativamente común en los procesos de clarificación de cerveza y vino desde hace siglos. La cola de pescado es rica en colágeno y muy efectiva a la hora de eliminar posibles impurezas durante el proceso de filtrado, pero un pequeño porcentaje de este producto puede acabar en la bebida final. Por este motivo, muchos veganos y vegetarianos preferían abstenerse de probar la cerveza Guinness. Tras 256 años (y una larga campaña de presión y peticiones online), por fin podrán disfrutar de una pinta de ‘stout’. Un portavoz aseguró a la revista Time que un equipo de ingenieros y maestros cerveceros llevaba tiempo investigando en su cuartel general, St. James’s Gate, para encontrar un sistema alternativo que sustituyera la ‘cola de pescado’. Y por fin lo han conseguido. Pero, ¿sabrá igual? se preguntan los amantes de la cremosidad de la Guinness de siempre. Los expertos afirman que sí, ya que en realidad no se está sustituyendo ningún ingrediente sino una parte del proceso que tiene que ver más con la estética que con el sabor. Todavía no hay fecha oficial de lanzamiento, así que hasta entonces os proponemos el mejor escenario posible para que conozcáis por primera vez el sabor fuerte, espeso y único de una Guinness. Este es, cómo no, su lugar de nacimiento.

El cuartel general de Guinness
Dublín es desde hace años el paraíso de los amantes de la cerveza y gran parte de culpa la tiene Guinness. Es aquí donde Arthur Guinness instaló su primera fábrica en 1759. Firmó un alquiler por 9.000 años, por lo que el corazón de la cerveza negra continúa hoy en St. James’s Gate Brewery. Es también el lugar donde se pondrá en práctica el nuevo proceso para convertir en vegana a la cerveza. Y es la sede de Guinness Storehouse, la atracción turística más popular de Irlanda, donde aprenderás todo lo que necesitas saber sobre su historia y su cerveza. En su parte central está el vaso de pinta más grande del mundo: harían falta 14, 3 millones de pintas para rellenarlo, aunque el récord lo han establecido ellos mismos: no olvidemos que son los creadores del libro Guinnes de los Récords. Y como de récords va la cosa, también tienen el bar más alto de Dublín. El Gravity Bar, a 46 metros del suelo, corona el edificio con unas vistas 360º de la capital irlandesa. No es el único lugar de la fábrica donde poder degustar la mítica cerveza: en la quinta planta hay un pub y dos restaurantes en los que la bebida no está solo en el vaso, también en sus platos, como el helado de Guinnes y frutos rojos de Gilroy’s o el estofado de ternera con Guinness de Brewer’s Dining Hall. Este último está inspirado en los comedores de St. James’s Gate de los siglos XVIII y XIX, cuando se decía que la fábrica era una “ciudad dentro de una ciudad”. Contaba con su propio departamento médico y hasta una brigada de incendios.

Para aprender a servir una cerveza como un verdadero profesional hay que bajar al Academy Bar, en la cuarta planta. Allí te enseñarán los seis pasos para servir la pinta perfecta: coger un vaso de Guinness, inclinarlo 45 grados para rellenarlo, no del todo, dejar reposar la bebida durante aproximadamente 119,5 segundos para que se asiente y volver a rellenar el hueco restante con su característica espuma blanca sin dejar que caiga ni una gota del preciado líquido. Si lo consigues, obtendrás un diploma.
Para volverte un auténtico experto en Guinness, hay que vivir la experiencia multisensorial que proponen en The Tasting Experience, un viaje por los distintos tipos de elaboraciones de cerveza ‘stout’ que se fabrican en St. James’s Gate Brewery. Fue en 1799 cuando Arthur Guinness decidió perfeccionar su fuerte cerveza negra y dejar de fabricar ‘ales’. Una decisión valiente y, a juzgar por el resultado, acertada. En la primera planta, una exposición recoge este y otros momentos históricos de la marca, además de la antigua maquinaria que se utilizaba en la elaboración y el transporte de la bebida. Fueron pioneros en la exportación de su producto. La mayoría de las cervecerías irlandesas prefería evitarse complicaciones y vender dentro de sus fronteras, mientras que en 1858 hasta los neozelandeses habían probado ya la mítica Guinness. Hoy se encuentra en más de 150 países, aunque, la mejor, dicen, es la que sale de aquí. La cerveza de color negro, que en realidad es color ‘rojo rubí oscuro’ se fabrica en 50 lugares del mundo, pero solo la irlandesa lleva agua de las montañas de Wicklow.