Viajar con niños puede suponer un reto, ya que hay que encontrar actividades que les gusten y que no aburran a los padres, y viceversa. Los parques de atracciones están bien, pero a veces cansa viajar de año en año a los mismos sitios. En estos casos, la mejor solución es hacer una escapada a zonas rurales o lugares rodeados de naturaleza, donde los más pequeños tengan extensas llanuras para corretear y jugar, además de observar a los animales y de respirar aire fresco. El norte de España es ideal para este propósito. Por ello, proponemos un viaje en familia a los Picos de Europa, una experiencia que todo amante de las montañas y los valles no debe perderse.
Los mejores lugares para disfrutar del parque en familia
Los Picos de Europa son el mayor espacio protegido de toda España. Están formados por tres macizos montañosos en las comunidades de Asturias, Castilla-León y Cantabria, siendo en esta última donde más territorio abarcan. Este paraje único alberga el título de Reserva de la Biosfera por la UNESCO desde 2002. Sus 64.660 hectáreas cuentan con alturas de hasta 2.650 metros, desde las que se puede ver la costa cántabra, creando una combinación de tierra y mar inigualable. A continuación destacamos lugares con encanto que no se pueden dejar de visitar, y que son ideales para ver en familia.
Lagos de Covadonga
En tierras asturianas se encuentran los lagos Enol, La Ercina y El Bricial, que en su conjunto se conocen como los Lagos de Covadonga por su cercanía a la Basílica de Covadonga. Desde el Mirador de la Reina hay unas vistas panorámicas de Cangas de Onís, pueblo en el que se conserva un puente romano que enmarca perfectamente el pueblo y las montañas. Además del interés paisajístico del lugar destaca su relevancia histórica, ya que a principios del siglo VIII fue allí, en Covadonga, donde se dio inicio a la Reconquista cristiana cuando el rey Pelayo venció a las tropas árabes.
Valle de Valdeón
En territorio leonés se encuentra Posada de Valdeón, centro turístico del valle. En el pueblo hay muchas muestras de la arquitectura típica de la zona, como en el caso de los hórreos, edificios levantados sobre altos pilares con la función de conservar los alimentos alejados de la humedad y de los animales. También destaca en Posada la Iglesia de Santa Eulalia, que contiene pinturas al fresco del siglo XVI.
Valle de Liébana
En las faldas de los Picos de Europa cántabros, la sierra Peña de Sagra y la Cordillera Cantábrica se encuentra este valle, en el que se ubican varios pueblos que, debido a su aislamiento por su ubicación entre montañas, tiene una personalidad y gastronomía propias. De entre sus municipios más pintorescos destaca Potes, una villa bañada por los ríos Quiviesa y Deva. El entramado medieval de sus calles y los edificios propios de aquella época todavía se conservan, formando lo que fue declarado en 1983 como Conjunto Histórico Artístico. Otro lugar clave es Santo Toribio de Liébana, el monasterio más antiguo de España. En él se encuentra el fragmento de la cruz más grande de los repartidos por iglesias, por lo que es un lugar imprescindible para los peregrinos.
Fuente Dé
Cerca de Potes, en pleno corazón de los Picos de Europa, se encuentra esta estación de teleférico. Se eleva hasta 800 metros y en su cima alberga un Parador Nacional, un camping, bares y restaurantes. Fuente Dé es uno de los lugares más concurridos del parque por sus impresionantes vistas a bosques y miradores, y su cima lo convierte en un sitio ideal para escoger aquí hoteles en los Picos de Europa.
Rutas interesantes
Cualquier localidad de este parque natural goza del encanto rural y de los maravillosos parajes verdes. En todas ellas es posible realizar rutas de senderismo o largos paseos campo a través. Aquí dejamos algunas de las más destacadas para realizar una excursión por los Picos de Europa, esta vez todas en Asturias.
Ruta de las majadas (Asturias)
Esta ruta comunica los Lagos de Covadonga y la localidad de Poncebos gracias a un sendero de largo recorrido. La ruta comienza en el Lago Ercina, cercano al aparcamiento de Buferrera. Descendiendo por su sendero encontramos la majada de la Llomba. Las majadas son pequeñas aldeas que solo son habitadas de manera puntual durante el verano y que además son zonas de pastoreo. A esta la sigue la majada de Belbín, pradería en la que se hace el queso Gamoneu. Más adelante están la majada de la Güelga y la de Parres. Tras una subida llega la majada de Arnaedo, que cuenta con una fuente en la que saciar la sed tras la caminata. Al cabo de aproximadamente dos horas de recorrido llega el Collado de Sierra Buena, a 1.400 metros de altitud, lo que permite que desde su cima se vea una excelente panorámica del macizo central de los Picos. Al seguir la ruta, ya en descenso, llegan la Vega Maor y la majada de Ostón, cuyas cabañas están suspendidas sobre una peña. Más tarde está la Canal de Culiembro y la majada que toma el mismo nombre. Tras esta majada está el Puente Pando en el río Cares, por el que al cruzar se puede llegar hasta Poncebos, si se toma la senda hacia la izquierda, o a Caín, hacia la derecha.
Rutas para realizar con niños
Dado que la ruta de las majadas lleva varias horas de camino y tiene varios desniveles, hay otras rutas más recomendables para realizar con los más pequeños. Ese es el caso de la ruta por los Lagos de Covadonga, ya que cuenta con amplios senderos por los que es posible llevar carros de bebés. El recorrido va del Santuario al Mirador, donde los más pequeños podrán disfrutar de increíbles vistas panorámicas. Otra ruta perfecta para los más pequeños es la ruta por la senda del Oso, un tramo de 22 kilómetros asfaltados que comunica Tuñón y Entrago. El camino cuenta con valla protectora y varias fuentes por el camino, además de pasar por puentes y túneles que hacen que el camino sea variopinto. A los pequeños les encantará ver a los osos pardos y demás flora y fauna característica del lugar.