En un primer viaje a La Habana, no puedes dejar de preguntarte, al recorrer sus calles, cómo sería cada rincón en sus años de esplendor.
La Habana es una ciudad de absolutos contrastes, pero hay uno que llama poderosamente la atención: cómo se puede ser una ciudad tan decadente y, a la vez, llena de vida.
La Habana a través de su arquitectura
Viajar a La Habana es una de las experiencias imprescindibles para los amantes de los contrastes y la arquitectura. Y es que la arquitectura habanera es mundo aparte. Un mundo que debes descubrir, sobre todo, a través de los edificios civiles en La Habana.
Capitolio Nacional de Cuba
Este edificio se construyó a imagen y semejanza del Capitolio de Washington, en 1929, pero cuenta con dos características que lo diferencian del original: es más lujoso y tiene unas mayores dimensiones, aunque solo sea por un metro de largo y otro de ancho.
Se concibió para ser la sede de las dos cámaras del Congreso Cubano, pero con la llegada de la Revolución cambió de uso y, desde entonces, este edificio acoge la Biblioteca de Ciencia y Tecnología y Academia de las Ciencias.
Un detalle curioso es que el punto central que se halla bajo la imponente cúpula del edificio indica el punto cero de todas las carreteras de la isla.
Plaza de Armas
Este ágora de estilo neoclásico, construida en 1519, está considerada como la plaza más antigua de La Habana.
La plaza está circundada por importantes construcciones históricas, como el Palacio del Segundo Cabo, palacio que alberga el Hotel Santa Isabel o Castillo de la Real Fuerza, que se considera la primera fortaleza que se construyó en la isla, además de creerse que es la fortaleza, aún en pie, con mayor antigüedad de todo el continente americano.
De esta plaza, también hay que destacar El Templete, una capilla de corte neoclásico. Frente a ella, puedes ver una columna que indica el punto exacto donde se celebró la primera misa y se llevó a cabo el primer consejo de la ciudad.
Plaza de San Francisco de Asís
La antigua Basílica Menor de San Francisco de Asís y el antiguo convento de los franciscanos son las dos edificaciones más importantes de este espacio público, fundado en el primer tercio del siglo XVII.
En el centro de esta plaza puedes ver la Fuente de los Leones, realizada en 1831, en mármol de Carrara, por el escultor Giuseppe Gaggini. Se cree que esta fuente se ubicó sobre la primera fuente que tuvo La Habana, sobre 1600.
Plaza Vieja
Esta plaza, situada a espaldas de la Plaza de San Francisco de Asís, fue el lugar donde se celebraban los acontecimientos más importantes para la vida pública de la ciudad, como las fiestas, las corridas de toros, las procesiones y hasta las ejecuciones. Además, esta plaza es buena muestra de la arquitectura habanera del siglo XVIII, cuya evolución queda perfectamente reflejada en los edificios que la circundan.
Plaza de la Catedral
Esta plaza, que protege a la Catedral de San Cristóbal de La Habana, con su imponente fachada barroca, está rodeada de importantes casas señoriales, como el Palacio de los Condes de Casa Bayona, que, en la actualidad, alberga el Museo de Arte Colonial; la Casa de los Marqueses de Aguas Claras; la Casa de Baños, que, en su día, fue un local de baños abiertos al público; o la Casa de Lombillo, que también fue oficina de correos durante mucho tiempo.
Edificio Bacardí
El Bacardí es el edificio más representativo del art decó en Cuba, además de ser el primero en construirse, en este estilo, en La Habana. Nació para ser la sede de la empresa del ron Bacardí y su edificación concluyó en 1930. Se concibió como un edificio de oficinas, función que perdura hasta el día de hoy.
Cabe resaltar que, durante años, fue el edificio más alto de La Habana, coronado por una torre que sirve de base para el espectacular murciélago de bronce, emblema de la marca de ron, que hace reconocible el edificio desde cualquier punto de la ciudad.
Real Fábrica de Tabacos Partagás
Esta fábrica, que se sitúa a espaldas del Capitolio, fue inaugurada en 1845 por el empresario Jaime Partagás.
El establecimiento ofrece visitas, en las que puedes apreciar cómo se trabaja el puro en todas sus fases, desde el principio. Además, la fábrica cuenta con una tienda, en la que podrás adquirir puros de gran calidad.
Gran Teatro de La Habana
Este edificio de estilo neobarroco está ubicado en el mítico Paseo del Prado de La Habana, también conocido como Paseo José Martí. Y en él se representan las actuaciones del Ballet Nacional de Cuba y de la Ópera Nacional de Cuba.
En su fachada destacan cuatro imponentes estatuas de mármol, que representan la educación, la caridad, el teatro y la música.
La sala principal está dedicada de manera exclusiva a las interpretaciones del Ballet Nacional de Cuba y tiene una capacidad de 1.500 personas,
Como dato curioso, hemos de destacar que este teatro es el más antiguo en funcionamiento de Latinoamérica.
Hoteles en La Habana ligados a la Historia
Los hoteles en La Habana también merecen mención aparte. Especialmente, dos: el Hotel Nacional y Hotel Habana Libre. Además de por su estética arquitectónica, por su papel en la Historia cubana.
Desde una suite de la planta 24 del Hotel Habana Libre, Fidel Castro dirigió Cuba en los primeros meses tras el triunfo la Revolución de 1959.
Este hotel, de estilo modernista, cuenta con un fabuloso mural de cerámica, elaborado por Amelia Peláez, que llama la atención por sus 640 metros cuadrados.
El Hotel Nacional de Cuba, que entró en funcionamiento a finales de 1930, es considerado como el establecimiento hotelero más lujoso y emblemático de la isla. Destaca el eclecticismo, al mostrar detalles de la corriente del art decó, del estilo neoclásico e, incluso, del estilo neocolonial.
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