Desde catas de vino en bodegas centenarias hasta caminatas por parajes naturales de ensueño, te proponemos cinco atractivos planes para descubrir este maravilloso país europeo
Explorar el Parque Nacional de Plitvice
El Parque Nacional de Plitvice lo forman una espectacular secuencia de pequeños y grandes lagos conectados entre sí, pozas, arroyos y un centenar de cascadas que crean una total fusión con la naturaleza. En total, el parque ocupa unas 30.000 hectáreas, de las que 22.000 son de bosques de hayas, abetos y pinos y 8.000 de agua. La cascada más impresionante del parque cuenta con 76 metros de caída libre en fina cola de caballo. En su intacto entorno viven especies en peligro de extinción, como osos pardos, linces o lobos que suelen merodear los lagos al atardecer, cuando el bosque se queda más tranquilo. No te cansarás de pasear por sus inmensos lagos: el lago del Gitano, el de la Abuela, el del Pastor, el de las Cabras… !y esos nombres te preguntarás! Cada lago ha sido bautizado según las personas que han acabado en sus aguas siempre atendiendo a las leyendas locales.
Sumergirse en las excepcionales grutas croatas
Croacia es uno de los puntos de nuestro planeta salpicados por las conocidas como grutas azules, auténticas maravillas que nos regala la naturaleza. Cientos de personas se adentran cada año en la cueva de Bisevo, próxima a Split, bañada por aguas de un intenso y transparente azul turquesa, cuyos brillantes destellos nos saludan en la misma entrada, normalmente una pequeña boca por la que se accede en barca. Son aguas adriáticas las que bañan la cueva de Bisevo, a cuyo vivaz azul se suma su suelo de piedra caliza. Pequeños botes son los encargados de adentrarnos en esta mágico escenario difícil de olvidar a medio día, ya que es en ese preciso momento cuando el mar esté en calma y los rayos de sol se reflejan en el fondo marino. La cueva, de unos 18 metros de largo y 6 metros de altura, se abrió al público a finales del siglo XIX. Hasta entonces los únicos que podían disfrutar de esta preciosa postal eran los buceadores.
Degustar el vino local
Una serie de factores convergen en Croacia, casi de manera cósmica, para dar el fruto de la vid, con el que se construye todos los años el vino, en torno al que se diseñan rutas de enoturismo. Y es que en Croacia desde hace mucho tiempo se produce vino, además de unas variedades autóctonas desconocidas para el gran público como son la Bratkovina, la Kurtelaska bijela o el Grk. Por eso, os vamos a proponer una alternativa novedosa: visitar alguna de las bodegas familiares que se abren al público en Dalmacia, principalmente en Korcula y en la península de Pljesac. Vukas (Gornje selo, 13. Ponikve. Ston), Vinarija Milos (Boljenovici, 15. Ponikve. Ston), Matusko Vina (Potomje 5A. Potomje) son algunas de las bodegas que permiten pisar el viñedo, visitar la bodega y, cómo no, hacer catas. También en los alrededores de Dubrovnik se produce una gran variedad de vinos de extraordinario sabor, como los vinos Dingač y Postup y el vino malvazija.
Disfrutar de los cafés de Zagreb
Si no te quieres volver de Zagreb sin conocer a fondo cada uno de sus rincones, tienes que dedicar un par de minutos al día a sus cafés, que suelen seducirnos por esa combinación entre el multiculturalismo de los Balcanes y esa pomposidad del Imperio Austrohúngaro. Uno de ellos es el Café París. Situado en la conocida Plaza de las Flores, desde que abrió sus puertas hace ya años, es el mejor lugar, según los locales, para ver y ser visto. En el Orient Express (Teslina, 10) sus dueños han reconstruido un vagón del conocido tren que tenía una parada en la ciudad de Zagreb. El café del Museo Arqueológico es el elegido por visitantes y locales cuando llega la primavera. Es imposible no relajarse en su apacible jardín decorado con estatuas romanas y sepulcros. Podemos acabar esta lista con el café de moda de Zagreb: Diva´s. De ambiente teatral, de este local podrás salir también con objetos curiosos del séptimo arte.
Zambullirte en sus idílicas playas
La costa croata, que cuenta con pequeñas y grandes islas y más de 6.000 kilómetros arenales, ofrece un clima suave durante todo el año y algunos de los paisajes más hermosos de todo el país. Aquí puedes disfrutar de la playa y el mar, tomar el sol, practicar numerosos deportes y comer el mejor pescado fresco de Croacia. Si no te quieres perder de vista las murallas de Dubrovnik, puedes decantarte por la playa de Banje. Es muy animada y dispone con todos los servicios. Algo más escondida está la playa de Proizd, en la isla de Korcula, Sólo accesible en bote, te sorprenderá sus aguas transparentes y recónditas calas. Frente a la famosa isla de Hvar, emergen un grupo de 20 islas, Pakleni Otoci, que hace las delicias de los aficionados al submarinismo. Otra de las zonas perfectas para los buceadores es el cabo Kamenjak, en el extremo sur de la península de Istria. Muy concurrida en verano, sobre todo por gente joven que acude a sus clubes, es la playa de Zrce, al noreste de la isla de Pag. La playa de San Iván en Lubenice, la playa de Sakarun o la playa Podvrske también merecen un vistazo y por supuesto un baño.