De hecho, mi último viaje a Barcelona para «hacer turismo» tenía como único objetivo visitar la Sagrada Familia, cuyo interior no había tenido ocasión de conocer, así como otras casa de Gaudí, como la Pedrera o Batlló.
Pero también tenía el propósito de ver otros edificios modernistas de la capital catalana pues, efectivamente, este estilo arquitectónico en Barcelona es bastante más que la obra de Gaudí.
A continuación te voy sugerir edificios modernistas que también merecen ser vistos en una ruta del modernismo en Barcelona.
Casa Amatller
La conocida como «Manzana de la Discordia» tiene como principal protagonista a la casa Batlló de Gaudí, pero en realidad este conjunto arquitectónico del paseo de Gracía en Barcelona se configura por otros dos edificios modernistas.
Anexa a la famosa casa de Gaudí se encuentra la casa Amatller. Encargada a finales del siglo XIX por el industrial chocolatero Antoni Amatller, este edificio es obra del arquitecto Josep Puig y Cadafalch. Su diseño mezcla diversos estilos arquitectónicos, desde el románico al gótico, y con influencia del Renacimiento.
Desde muy recientemente es cuando se puede visitar, pues se trata de una de las casas modernistas que han sido abiertas al público en los últimos años, dado el atractivo que casa vez más suscita este estilo arquitectónico entre los visitantes de Barcelona.
Casa Lleó y Morera
En la misma manzana, muy cerca, se encuentra la casa Lleó y Morera, otro edificio modernista de relativamente reciente apertura para las visitas, en concreto, desde 2014.
En esta ocasión el arquitecto autor de su construcción es Doménech i Montaner, aunque en la definición del diseño participaron otros numerosos artistas que aportaron sus obras artesanales de vitrales, madera, mármol, cerámicas o esgrafiados.
Te adelanto que su espectacular fachada no te deja indiferente, y justifica que el nombre de dicha manzana de casas haga alusión al dilema sobre cuál es la más bonita.
Casa Terrades o Les Punxes
La casa Terrades la encuentras en la avenida Diagonal, muy cerca de la Pedrera, que es como mejor se conoce la casa Milá de Gaudi.
Por su parte, la casa Terrades también tiene su denominación popular, les Punxes, por la cual es más conocida.
Sus cuatro torres de aguja te facilitarán conocerla, además de darte la sensación de encontrarte ante un castillo gótico.
Construida en 1905, es obra del antes citado Puig i Cadafalch, y de su fachada destaca el ladrillo visto que la cubre.
El diseño modernista de este edificio alcanza su mayor expresión en las bonitas balconadas que se extienden por las fachadas, construidas en piedra y con el diseño floral.
En estas balconadas fíjate también en sus vidrieras de colores.
Frente a lo que sucede con las otras casas citadas, esta no se puede visitar pues es de propiedad privada.
Palau Macaya
No lejos de la Sagrada Familia, en concreto en el número 108 del paseo de San Juan, tienes otro edificio modernista que en la actualidad es una de las sedes de la Fundación La Caixa.
Se trata del palau Macaya, construido en 1901 y también obra de Puig i Cadafalch. Fue un encargo del industrial catalán Romá Macaya con el fin de convertirse en su vivienda familiar.
En la fachada de lo que fuera una verdadera mansión destaca el contraste entre el color blanco y el uso de esgrafiados en la misma, con la llamativa ornamentación de los balcones y las ventanas.
Podrás acceder al patio interior donde encuentras una gran escalera de piedra decorada con los característicos motivos florales del modernismo.
Casa Fuster
La conocida como casa Fuster, en el paseo de Gracia 132, en su tiempo fue considerada como el edificio más caro de la ciudad de Barcelona por la abundancia de materiales nobles en su construcción, en concreto el mármol.
Es una obra del arquitecto Doménech i Montaner, autor del palacio de la Música Catalana, y fue construida en 1908 por encargo del mallorquín Mariano Fuster para regalarsela a su mujer.
Al final, en la década de los 20 del pasado siglo la familia Fuster dejó de vivir en ella dados los enormes gastos que implicaba residir en el edificio.
La cadena de Hoteles Center la adquiríó en el año 2000, y cuatro años después abrió al público el actual Hotel Fuster de máxima categoría.