Con medio año de existencia la ruta Three Capes Track ha convertido a Tasmania en referente de senderismo. Sólo 48 personas al día pueden recorrerla, ¿quieres ser una de ellas?
Salvaje y remota. Tanto que más allá de Three Capes Track sólo está la Antártida. La nueva ruta de senderismo que recorre el sur de Tasmania se inauguró en diciembre de 2015 y en sus primeros tres meses ya ha acogido a tres mil senderistas. Y su lista de reservas no para de crecer. Son cuatro días de duración y una distancia total de 46 kilómetros. Pero “la ruta no trata de llegar del punto A al B, consiste en el paisaje”, tal y como afirman en su página web. Allí puedes obtener información detallada de todo lo necesario para realizar la ruta: cómo llegar, qué condición física se requiere y hasta una lista con todo el equipaje que debes llevar en tu mochila. También es el mejor sitio para que hagas tu reserva, ya que para evitar el impacto medioambiental y las masificaciones sólo se permiten 48 personas por día.
Lo mejor, al margen de sus paisajes, es que es de grado moderado. Puedes lanzarte a la aventura con unas nociones básicas de ‘trekking’, y hacerlo en familia acompañado de los niños y personas mayores (86 años tenía la persona de más edad en recorrerla y seis el más joven). La mayor parte de los visitantes ha definido la experiencia como una de las mejores de su vida o, por lo menos, de los últimos doce meses. El precio de los cuatro días con sus noches, más los traslados, el alojamiento y la asistencia necesaria es de 495$ los adultos y 396$ los menores de 3 a 17 años.
La mayor prisión colonial
El punto inicial y también el final de esta nueva ruta es Port Arthur. Un sitio histórico convertido en museo al aire libre que en su día fue el penal colonial más grande de Australia. Compuesto por varios edificios, está ubicado a 60 kilómetros de la capital, Hobart. En el siglo XVIII, Reino Unido comenzó a utilizar Australia para deportar a los presos que por aquel entonces atestaban sus cárceles. ‘Sitios australianos de presidios’ es como se denomina al conjunto total de once penales repartidos por el país que la UNESCO calificó como Patrimonio de la Humanidad en el año 2010. Además de Port Arthur, existe la Prisión de Fremantle, el Sitio de presidio de la Isla Cockatoo, Old Great North Road, el Área histórica de Kingston y Arthur’s Vale, entre otros.
Un barco Pennicott Wilderness Journeys es el siguiente medio de transporte para continuar la ruta. Desde allí podrás divisar ballenas migratorias, delfines y lobos marinos. El trayecto finaliza en Denmans Cove, pero antes explorarás cuevas, dunas de arena, antiguos acantilados de dolerita, calas y la costa escarpada hasta Cape Raoul.
Un camino por recorrer
Pero como aquí has venido a caminar The Three Capes Track comienza la marcha en Denmans Cove y camina sobre los impactantes acantilados de Cape Pillar y Cape Hauy para acabar en Fortescue Bay. La mayor parte de los tramos están acondicionados para los senderistas con escalones de grava, madera y piedra, para facilitar que el caminante pueda admirar el paisaje sin reparar en dónde mete el pie. El trazado de la ruta corrió a cargo del experto Martin Hawes que pasó 80 días estudiando la zona. Evaluó la alineación perfecta de los tres cabos reduciendo el número de pasos y respetando la fauna y flora de la región hasta conformar el diseño definitivo. Pensó en todo: gracias a los caminos creados por el experto, la ruta puede recorrerse durante todo el año, ya que a pesar de la lluvia no se formará barro en los lugares de paso. Lo mejor es que aún queda mucho por recorrer. Hay planeada una ampliación de la ruta, que alcanzará los 82 kilómetros y durará seis días.
Hospedaje ‘eco friendly’
Para pasar la noche no tendrás que desplazarte a ningún hotel. La organización de la ruta tiene todo previsto y pasarás cada una de tus tres noches en sus cabañas: Surveyors (primera noche), Munro (segunda noche) y Retakunna (última noche). Como el total de visitantes es de 48, las cabinas están repartidas en seis habitaciones para cuatro personas, y otras tres para ocho. Las casetas son, ante todo, respetuosas con el medio ambiente, lo que no resta comodidad. Puedes desplazarte de unas a otras a través de varias pasarelas que protegen la orografía de la zona y causan impacto cero en el entorno. Te calentarás gracias a un aprovechamiento óptimo de las horas del sol, así como con estufas que prenden con madera. El agua para la limpieza y cocina se recolecta de la lluvia y las ventanas están diseñadas en ángulo inclinado para evitar el choque de las aves. Los materiales de construcción utilizados son hojas de metal, láminas de cemento y madera de alta densidad. Cuentan con cocina y terrazas donde podrás desayunar antes de emprender la caminata mientras echas un vistazo al fin del mundo.