Pocos lugares en el Mediterráneo ofrecen más de 300 días de sol al año y kilómetros de costas arropadas por extensas playas de arena fina.
Y es que en la costa francesa los sueños se confunden con la realidad, una realidad de aguas tranquilas y cristalinas, arena blanca, paisajes montañosos (el Monte Ventoux se conoce como el “gigante de Provenza”), rica gastronomía (han inventado un sinfín de maneras de elaborar verduras), pintorescas poblaciones salpicadas en su franja agreste y festivales como la cita anual del teatro en Aviñón o del arte lírico en Aix en Provence.
De vértigo e imponente en todo momento resulta también el Parque Natural de Camargue; en él es fácil ver a caballos blancos galopando por la orilla del mar, colonias de flamencos rosas y manadas de toros.
Niza puede que sea la tarjeta postal más conocida de la Costa Azul. Vibrante y atestada durante su festival de jazz o carnavales, que se celebran desde finales del siglo XIX, su intensa luz blanca ensalza, aún más, sus tesoros arquitectónicos y sus recónditos lugares íntimamente ligados a las tradiciones mediterráneas. Pero en esta región también descansa la ciudad de Cannes. A pesar de albergar arenales de ensueño, el protagonismo se lo lleva su Festival de Cine Internacional que se celebra todos los años en el mes de mayo. Y Marsella, ciudad cosmopolita y abierta al mar, está escoltada por más de 2.600 años de historia (parada obligada es su barrio del Panier). Los amantes de los paisajes idílicos sucumbirán a la sucesión de angostas y hermosas calas que se extienden a pocos kilómetros de Marsella. Pero también a las playas plateadas y arrecifes de las islas de Oro, ubicadas frente a la península de Giens.
Te proponemos 7 días por los destinos más espectaculares de la Costa Francesa:
Niza
La ruta comienza en Nice, una ciudad grande, constantemente asediada por los viajeros. El Boulevard Promenais des Anglais, lleno de palmeras, es el primer encuentro con la ciudad. A un lado, el mar rompe en sus playas y acantilados rosados, del otro, las construcciones de romanos y cristianos de varias épocas anuncian la llegada a un sitio acogedor. Alejándose de la avenida principal se van encontrando las calles donde la vida se desliza cada día: tiendas de ropa, zapatos, joyerías, alimentos, discos y libros, así como pequeños cafés y bares para hacer un alto en el camino. En este espacio conviven edificios antiguos y nuevos.
Del lado del muelle se encuentran antiguas casas de pescadores que se han convertido en la zona bohemia de Niza al transformarse en pequeños museos, cafés, bares y tiendas de arte.
Cannes
El segundo día lo podemos dedicar a visitar la ciudad de Cannes, conocida mundialmente por su famoso Festival de Cine que se celebra anualmente en mayo. Es una ciudad creada a gusto de sus visitantes. Su ambiente cosmopolita, sofisticado y elegante lo hacen uno de los favoritos de los famosos y excéntricos personajes del mundo; a pesar de ello, la paz se puede encontrar en su paisaje azul que domina la vista y en la brisa que se cuela por entre los espacios vacíos.
La vida en esta pequeña ciudad es costosa y solo permisible para aquellos que cuentan con una buena fortuna. Sin embargo, un paseo por sus calles nunca resulta imposible y aporta una visión de un mundo de ensueño.
Ubicación: A 30 minutos de Nice
Saint Tropez
Es el sitio de playa por excelencia. Un dato singular es que su población aumenta de 7.000 habitantes en temporada normal a 64.000 en el verano. Hay incontables villas propiedades de acaudalados magnates, actores, directores y artistas.
A pesar de ello, circulando por las calles de este mítica playa solo es posible ver a personas comunes y corrientes que se han aventurado a tomar unas vacaciones en este encantador sitio.
Ubicación: A una hora y treinta minutos de Cannes
Marsella
Este cuarto día podemos dedicarlo a recorrer Marsella, una de las ciudades más importantes del país. Su puerto es centro de múltiples actividades económicas en general. Aunque algunos piensan que la ciudad es desagradable por su aire marítimo de buques pesados y embarcaciones grises poco atractivas, el Puerto Viejo es un sitio en extremo delicioso.
Antiguamente fue el centro de la vida marsellesa, sitio donde arribaban mercaderes con productos de la zona mediterránea y albergue de mercados y bazares con interesantes encuentros culturales. Actualmente es la zona donde se detienen las pequeñas naves de pescadores, viajeros y vendedores en menor escala; por el día, las coloridas velas de los botes ponen una distintiva nota de color que contrasta con la mirada grisácea del puerto principal.
Ubicación: A dos horas de Saint Tropez
Arles
Los primeros habitantes de esta ciudad se dice que fueron griegos, aunque la huella romana está patente a juzgar por el Teatro y el Anfiteatro, los monumentos más interesantes de la ciudad. Algunos museos le permitirán también admirar los documentos culturales que guarda Arles.
Ubicación: A una hora de Marsella
Nimes
A unos 20 kilómetros de Nimes nos tenemos que detener en Port Du Gard, un enorme acueducto construido hace 2.000 años, sobre una garganta rocosa que se asoma al río Gardon, en tiempos de los romanos. El canal de 48 kilómetros de longitud se hizo para suministrar agua a la antigua ciudad romana de Nimes.
Ubicación: A 30 minutos de Arles
Montpellier y Perpignan
El último día por la Costa Francesa no debemos dejar pasar la oportunidad de visitar Montpellier y Perpignan. Comparada con Nimes, Montpellier es una ciudad joven, pues tiene unos 1.000 años. Lo más destacable de la ciudad es su Universidad, famosa desde tiempos medievales, ya que fue fundada en el siglo XIV. En ella se doctoró François Rabelais. Hoy es una de las universidades más prestigiosas de Francia, lo que convierte a la ciudad en época lectiva en un punto de encuentro bullicioso y animado de jóvenes estudiantes.
Perpignan (Perpiñán) era la segunda ciudad de Cataluña, después de Barcelona, antes de caer en poder de los franceses en 1642.
Una atractiva carretera que bordea los acantilados le llevará hasta Collioure, una bonita ciudad pesquera, que atrajo en su día a pintores de renombre y en cuyo cementerio se encuentran los restos del poeta andaluz Antonio Machado.
Ubicación: Montpellier se encuentra a una hora de Nimes.
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