Según la ONU, los daneses “irradian felicidad”. Conoce los secretos del lugar más ‘happy’ del planeta y contágiate de su alegría en un viaje por lo mejor del país escandinavo.
Dinamarca vuelve a liderar la lista de los países más felices del mundo. Lo dice un estudio encargado por la ONU, para el que se midieron factores como la estabilidad laboral o la percepción de bienestar de los ciudadanos. Si midiera además la belleza de los paisajes y la vitalidad de las ciudades, los índices se dispararían. Si tú también estás en busca de la felicidad, aquí tienes diez razones para convertir Dinamarca en tu próximo destino.
1. Una capital con estilo propio (y un parque de atracciones)
Como toda capital nórdica, Copenhague es una referencia en diseño: minimalista y moderna. Eso sí, sin renunciar a su tradición. Para conocer todas sus caras lo ideal es empezar en Nyhavn, su fotogénico puerto. Las casas de colores que lo rodean datan del siglo XVII y XVIII, pero albergan modernos restaurantes en su interior. La Ópera también es un ejemplo de los contrastes de la ciudad: el edificio futurista está en la orilla opuesta al Palacio de Amalienborg, la residencia de la familia real danesa, de estilo rococó. Además, tiene el segundo parque de atracciones más antiguo del mundo, el Tivoli.
2. La nueva cocina nórdica
Con un total de 26 estrellas Michelín, la pequeña Dinamarca se ha convertido en una referencia mundial en gastronomía. El buque insignia de esta nueva cocina nórdica es el restaurante noma, considerado uno de los mejores del mundo desde hace varios años. Tiene una lista de espera de hasta seis meses. Si no hay suerte, visita el Copenhaguen Street Food, en Paper Island. ‘Food trucks’ con comida sostenible de todos los rincones del mundo en un ambiente moderno, parecido al del Meatpacking District, otra de las zonas de restaurantes más de moda de la capital danesa.
3. Tiene presente su pasado
La rica historia del país nórdico se enraíza en la cultura vikinga, cuya pista puedes seguir por todo el país. En el fiordo de Roskilde está el Museo de los Barcos Vikingos, con cinco embarcaciones reconstruidas por completo a partir de restos recuperados en el propio fiordo. Al sur se encuentra la fortaleza vikinga de Trelleborg y muy cerca, en la ciudad de Kertminde, el Museo Vikingo Ladby. En el Puerto Vikingo de Bork también hay réplicas de casas y barcos vikingos, mientras que en el cementerio de Jelling no ha hecho falta reconstruir nada: allí se conservan auténticas piedras rúnicas vikingas.
4. Referencia cultural de Europa
Aarhus es la segunda ciudad de Dinamarca en cuanto a tamaño e importancia, además de Región Europea de la Gastronomía y Capital Europea de la Cultura. Es una de las urbes más antiguas del país y su casco antiguo es uno de sus mayores atractivos, aunque ahora también destaca por ser un hervidero de arte. Destacan el ARoS Art Museum y su pasarela arco iris, con vistas panorámicas a toda la ciudad.
5. Tiene mucho cuento
Concretamente, uno escrito por Hans Cristian Andersen. Para conocer la Dinamarca particular de Andersen empieza por la protagonista de una de sus historias, ‘La Sirenita’. La estatua más famosa de Copenhague descansa en las aguas de la bahía. Sin salir de la ciudad visita la Casa de Cuentos de Hadas, un museo interactivo donde podrás ver el despacho donde el autor solía escribir. Aunque vivió en las casitas de colores de Nyhavn durante gran parte de su vida, Andersen nació en Odense. Allí se puede visitar su casa y su museo.
6. La isla más grande del planeta está aquí
Groenlandia pertenece al Reino de Dinamarca. Es la más grande del mundo con más de dos millones de kilómetros cuadrados. El 80 por ciento de su superficie es hielo, por lo que mayor parte de su población vive en la costa y sobre todo en su capital, Nuuk. Es tierra de enormes glaciares, como Kangerlussuaq y Ilulissat, y fiordos como el Scoresby Sund, el más largo del mundo con unos 350 kilómetros. Y un lugar privilegiado para cazar auroras boreales.
7. Legoland
El famoso juego de bloques nació en Dinamarca, en el taller de un carpintero de Billund. Allí tiene todavía su cuartel general, que puede visitarse en un exclusivo tour que revela su historia y su proceso de fabricación y que termina con el regalo de un set exclusivo. Y para los muy fans, está el parque de atracciones Legoland, el primero de muchas sucursales en Alemania, California o Malasia. Inaugurado en 1968 y hoy convertido en todo un resort, cuenta con atracciones y reproducciones de paisajes del país, como sus casitas típicas y sus canales.
8. Es el país de la bicicleta
A finales del siglo XIX ya se usaba este transporte rápido, sencillo y ecológico para ir a trabajar y moverse por Copenhague. En esta ciudad bicis poseen sus propios carriles y es una de las formas preferidas por los daneses para ir de un lugar a otro. No tendrás problemas en alquilar una en las estaciones o en las calles insertando unas 20 coronas (2,69 euros) que recuperas al devolverla, o alquilar alguna para toda tu estancia.
9. Aquí si hay playa
Dinamarca tiene 406 islas y 7.314 kilómetros de costas. La isla de Bornholm, en el Báltico, es famosa por aunar playas de arena blanca, como Dueodde y Snogebaek, con grandes bosques y montañas. Es el lugar de veraneo de artistas daneses, pero también es conocida por sus iglesias blancas y redondas, por las ruinas del castillo de Hammershus, el centro medieval y el Parque de las Mariposas.
10. Aún quedan sitios por explorar
Las Islas Feroe son un archipiélago de 18 islas en el Atlántico Norte, entre Gran Bretaña, Islandia y Noruega. Un tesoro casi virgen donde viven solo 50.000 habitantes que respetan al máximo la naturaleza que les rodea. Su costa oeste hará las delicias de los amantes de las aves: se han identificado más de 300 especies.